274 femicidios
en el 2007
El 41% de
las víctimas tenían entre 16 y 30 años
24
femicidios en lo que va del 2019
El 61,7% de
las víctimas tenían una relación de pareja con su asesino
Números y
más números, sólo estadísticas pero ninguna solución para que las mujeres dejen
de morir.
Quizás este
blog esté un poco repetitivo respecto del tema, pero, también, está monótona la
sociedad ya que no se dejan de cometer femicidios. Días tras día, hora tras
hora, los noticieros y diarios se inundan con letras de catástrofe y con el
llanto de familiares que piden justicia, pero nada cambia.
Una mañana
informan que Celeste Castillo es asesinada por su pareja, un oficial de policía,
al otro día olvidan a Celeste para hablar de Gisela Solis Calle y el hallazgo
de su cuerpo en un arroyo. Siempre parece que el presente es de terror pero
resulta que un caso tapa al otro, que un caso es mucho peor que el anterior.
Entonces llega el brutal femicidio de Lucia Morel. Ella estaba internada porque
padecía cáncer, aunque resulta que, además de ese cuadro clínico, padecía a su
marido Norberto Ronthantl quien la asesina a golpes.
Nombres que
se olvidan, cifras que llenan planillas, titulares de diario y que se vuelven a
cajonear, hasta que otra chica es víctima de su pareja o de cualquier hombre
que piensa que ella es de su propiedad y puede hacer lo que quiera, puede
decidir sobre su vida o sobre su muerte, entonces ahí todo vuelve a empezar.
Entre
tantas estadísticas se supo que Buenos Aires tuvo, este año, una tasa de femicidios
de 1,18 cada 100.000. Y en contraposición se tiene a La Pampa con 0 femicidios,
esto llama poderosamente la atención de las autoridades a tal punto que la
ministra Bullrich decide estudiar a esa provincia porque “llama la atención la
cifra 0”. Sí, llama poderosamente la atención que exista un lugar en este mundo
donde no se maten mujeres, a pesar de que debe ser todo lo contrario, debe
generar espectacularidad que se cometan femicidios y que cada día sean aún más.
Pero no, lo que genera un gran estudio es que La Pampa no sea el escenario de
mujeres muertas, esperemos que semejante “anomalía” se estudie para exportar el
modelo a todo el resto del mundo que si tiene varones capaces de matar al sexo
femenino.
En la
anterior nota me despedí implorando que al otro día no me tenga que despertar
con un nuevo femicidio, ahora ya no creo que eso suceda, ya no creo en Papá
Noel, así que en esta nota me despido con la esperanza de que mañana me
despierte con un femicida en la cárcel y con medidas fuertes para que las
mujeres dejemos de tener miedo.
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