El término
educación varía
según los valores e ideología de cada uno, pero el término, a
nivel universal, significa la transmisión de conocimientos
destinada a desarrollar a las personas.
Si bien la palabra
educación es muy amplia se puede sesgar incorporando el término
popular para hablar de la formación horizontal, que está
relegada, en la mayoría del mundo actual pero, que a su vez, varios
gobiernos latinoamericanos, por ejemplo Argentina, fomentan
encuentros comunitarios para la integración e inclusión de sectores
relegados.
La educación
popular va de la mano del educador Paulo Freire que crea un
método de alfabetización por el cual las personas adquieren
conocimiento y se basan en hechos de la realidad para discutir sobre
los mismos. Este es el principal aspecto que se diferencia del método
tradicional y global de la educación vertical.
La educación
vertical tiene que ver con una única persona que baja su
conocimiento al educando sin que el mismo pueda criticar sino que es
dominado y se adapta al mundo que le toca vivir. Tal sistema, también
conocido como conservador, demuestra que el docente trasmite lo
aprendido a un alumno que no discute ni la forma de aprendizaje ni
los contenidos que se le brindan.
Así es como nace la
regla de que siempre una persona está por encima de la otra y
quienes están por debajo no deberían cuestionar eso que se les
concede.
En la actualidad,
Latinoamerica trata de involucrar a los pueblos relegados con
diferentes talleres y metodologías como también existen, Buenos
Aires es un ejemplo, pocos pero distinguidos colegios “progresistas”
que están en continua lucha con los poderes de turno.
Esos poderes de
turno con los que tanto alumnos y docentes tienen enfrentamientos.
Por un lado los docentes de colegios públicos tienen una disputa
política-económica que genera la falta de clases y a su vez el
resquemor con los colegios privados porque la educación conservadora
tiene tanto a sus alumnos como a los docentes dominados y
domesticados, generando así que gane esa formación vertical por la
vorágine que llevan los adultos y sus trabajos. Por otro lado, están
los alumnos de colegios “progresistas” que se movilizan contra el
poder de turno que está en contra de ese tipo de aprendizaje, de esa
educación participativa llena de estímulos.
Es por esto, que
ante la lucha de ambas educaciones Freire decidió ir por una
pedagogía que acompañe al docente y al alumno para que no los
vuelva “robots” con los mismos conocimientos pero sin nada que
replantearse.
El mundo no es
como te lo dan ni como te lo enseñan, el mundo lo hace cada uno
y no está mal que te replantees cosas que, según la mayoría, es lo
bien establecido.