A un día
del 1° de mayo me rodea un sabor amargo que no sentía hace muchos años y por
eso decidí utilizar el blog para expresar mis sinsabores, mis inquietudes, para
no hacer justamente periodismo.
Me resulta
extraño hablar en primera persona, pero sentí la necesidad de hacerlo al caer
en la realidad que después de 7 años vuelvo a NO poder festejar el día del
trabajador.
La mayoría
de los festejos suceden después de trágicos episodios y el 1° de mayo es uno
más de ellos, ya que se conmemora la ejecución de trabajadores tras realizar una
huelga en reclamo de mejores condiciones laborales.
Una
tragedia, una lucha y años de conmemoración dejaron paso a un sinfín de
festejos por parte de hombres/mujeres que rinden culto al trabajo, rinden culto
a una tarea que da dignidad y respeto en la sociedad. Algunos con disgusto,
otros con felicidad, pero trabajadores, en fin.
Y eso es lo
que justamente hoy no puedo decir… era de esas que se sentía feliz al ejercer
su carrera, que disfrutaba trabajar por lo que había estudiado tantos años,
pero la desidia, la falta de compromiso o quién sabe qué cosa hizo que la
empresa donde ejercía mi pasión cerrara y todos mis compañeros quedáramos en la
calle sin saber para dónde ir.
Ahora acá
estoy…trabajo de buscar trabajo para que el año que viene sí pueda volver a
festejar, a conmemorar a todos los que lucharon por condiciones mejores.