Pleno verano. Un grado más, una página más. Hoy es el día. Hoy es el día para refrescar las ideas, para tener ganas y animarse a jugar entre los renglones imaginarios.
Y aquí estoy: escribiendo. Porque escribir es soñar con algo distinto, no es sólo contar. Hoy escribo para que mis palabras no queden ocultas tras un archivo de word, para hacerme cargo de cada elección, de cada pensamiento. Y sobre todo, hoy escribo para serle fiel a quién me enseñó a querer el mágico oficio de escribir. Un oficio para algunos, una pasión para mí.
En fin, hoy mis ganas se materializaron, hoy voy a construir algo.

domingo, 22 de noviembre de 2015

Ballotage, no apto para tibios

Domingo 22 de noviembre en Argentina se dio el primer ballotage, esta vez, ninguno abandonó, ninguno se dio por vencido y dejó que la gente decida ir por blanco o por negro. Que cada uno decida quién es el blanco, el "puro", y quién el "oscuro", el negro.

Domingo 22 de noviembre por las escuelas argentinas pasaron centenares de ciudadanos, aunque no se los percibió. El silencio inundó los colegios, un silencio de incertidumbre, en algunos, de nervios, en otros, de expectativa en la mayoría. Una expectativa que dejó de serlo a las 19.30hs, como se prometió, y así en todas las pantallas se vieron las primeras tendencias que seguramente se reforzarán con el correr de las horas.

La tendencia marcó a Mauricio Macri como ganador dejando atrás a un Daniel Scioli que perdió la oportunidad de seguir con "el modelo kirchnerista" y que ganó las culpas que van a arremeterle los mismos. Porque sí, al mismo tiempo que Scioli era el preferido del oficialismo a la vez era y será el responsable de dejar al kirchnerismo atrás, aunque análisis aparte se verá si las voces del oficialismo hablaron más de lo que debieron callar para que "su preferido" ganara este ballotage.

Ahora el rumbo de Argentina es otro, abandona el populismo y se tiñe de un "cambio" que se verá cuál es, un "cambio" que puede volver a la derecha de los '90 o un cambio que haga unir a todos los argentinos para que una elección no sea vivida como un partido de fútbol, como un Boca-River, como un Argentina-Brasil. Porque así se siente aquí, así sentimos los argentinos, no hay lugar para grises, o se está de una vereda o se está de la otra.