Pleno verano. Un grado más, una página más. Hoy es el día. Hoy es el día para refrescar las ideas, para tener ganas y animarse a jugar entre los renglones imaginarios.
Y aquí estoy: escribiendo. Porque escribir es soñar con algo distinto, no es sólo contar. Hoy escribo para que mis palabras no queden ocultas tras un archivo de word, para hacerme cargo de cada elección, de cada pensamiento. Y sobre todo, hoy escribo para serle fiel a quién me enseñó a querer el mágico oficio de escribir. Un oficio para algunos, una pasión para mí.
En fin, hoy mis ganas se materializaron, hoy voy a construir algo.

martes, 2 de abril de 2019

Bufandas vs ingleses



Resulta que cualquier frase que se diga y/o escriba están quemadas, son frases hechas, vacías de significado y por eso hoy pensaba llamarme a silencio pero al escuchar el tema de Ciro “Héroes de Malvinas” toda la inspiración vino hacia mí, me di cuenta que hubo demasiado silencio durante muchos años, y quizás, estas humildes palabras plasmadas en la pantalla, ayuden a NO OLVIDAR.
Héroes, homenajes, emoción, términos que hace más de 30 años no se asociaban con los chicos que tuvieron que viajar hacia unas islas usurpadas por ingleses, sino, todo lo contrario. Olvido, asco, desconocimiento eran las palabras más comunes para dirigirse a ellos luego de su vuelta al país que los vio crecer.
Una dictadura militar dio comienzo a la única guerra en Argentina y con ella comenzó la hipocresía del pueblo. Programas de tv para juntar fondos para los soldados, colegios enteros que tejían bufandas, si, sí bufandas se mandaban al crudo invierno de las islas. Con bufandas se pretendía acoger a los correntinos, chaqueños, mendocinos y a todos los chicos que tuvieron que dejar su lugar de origen y dirigirse a una guerra que ellos no eligieron, a una guerra que desconocían, con una bufanda.
Una bufanda desde Argentina, uniformes calientes y preparados desde Inglaterra.
Puede que muchos tomen a mal la palabra hipocresía y diga que con el diario del lunes es muy fácil hablar, pero escapa de mi comprensión creer que con bufandas iban a salvar a chicos que no tenían la mínima idea cómo se manejaba un arma. Pero así fue, como de las aulas salían telares y del campo de batalla terminaban vidas.
Una bufanda desde una escuela, bombas inglesas por doquier.
Ahora los veteranos son reconocidos, después de que a cientos, ni siquiera les hayan dado un plato de comida a la vuelta. Ahora cobran una pensión que no pagará jamás el genocidio que sufrieron. Ahora, hacen viajes para reconocer a los que quedaron en Malvinas, para poner una flor en las tumbas, para cerrar una etapa que comenzó hace más de 3 décadas. Sin embargo, desde este humilde lugar espero que los familiares de los soldados puedan curar heridas pero que nunca dejen a NADIE OLVIDAR NI A LOS HEROES DE MALVINAS NI A LOS GENOCIDAS QUE LOS MANDARON A SUFRIR.

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