Pleno verano. Un grado más, una página más. Hoy es el día. Hoy es el día para refrescar las ideas, para tener ganas y animarse a jugar entre los renglones imaginarios.
Y aquí estoy: escribiendo. Porque escribir es soñar con algo distinto, no es sólo contar. Hoy escribo para que mis palabras no queden ocultas tras un archivo de word, para hacerme cargo de cada elección, de cada pensamiento. Y sobre todo, hoy escribo para serle fiel a quién me enseñó a querer el mágico oficio de escribir. Un oficio para algunos, una pasión para mí.
En fin, hoy mis ganas se materializaron, hoy voy a construir algo.

martes, 21 de abril de 2015

Tres nenes robaron peluches, un perdón no los criminalizó

El hecho: un robo, pero el tema de fondo no es el hecho.
Es verdad que muchas veces el sonido refleja lo que las palabras no, y en este caso la conjunción de las mismas generó un emocionante relato que hizo emocionar a más de uno pero, sobre todo, hizo repensar algunos cánones, demostrar cuán equivocada está la sociedad.

Los diarios se hicieron eco de la noticia pero la radio le dio un condimento especial, le brindó al oyente la posibilidad de emocionarse con la emoción y sencillez del protagonista: Francisco Gallo. Quién en realidad, dejó en claro que el protagonista es la acción cometida.

¿De qué se trata?
El hecho: un robo. 3 nenes, de entre 9 y 15 años, entraron a una juguetería de Neuquén a las 4.30hs y sustrajeron 6 muñecos de peluche. Cuando emprendieron la huida se cruzaron con un patrulleros y fueron atrapados. Sí, nenes de 10 años “atrapados” por la policía, con sus manitos apoyadas en los vidrios y de espaldas a los efectivos que les llevaban el doble en altura.

Ante el hecho, Francisco Gallo, dueño del comercio, se dirigió a la comisaría y al ver la cara de los niños decidió no efectuar la denuncia, cosa que fue imposible por el “sistema burocrático del país”. Hasta ahí fue un hecho más de “inseguridad”.

¿Quién es el responsable?
El comerciante dio una lección de vida hoy al mediodía, escuchada por miles de personas que en ese momento sintonizaban 99,9 (Radio La 100)

Una voz acongojada, un estilo dulce y una marcada emoción ayudó a que un hecho de “inseguridad” sea analizado como un hecho de negligencia.

Negligencia: falta de cuidado, aplicación y diligencia de una persona/institución en lo que hace, en especial en el cumplimiento de una obligación.

Y en este caso, es negligente la mamá de los nenes que en ese momento deberían estar durmiendo arropados en su hogar, son negligentes esos niños, de los cuales una de ellas es a la vez mamá de una beba de 2 años; es negligente la policía por
no cuidar a los niños que se llevaron osos de peluche. ¿Realmente ellos son los negligentes?

Una pregunta que puede tener múltiples respuestas, como por ejemplo las manifestadas en el anterior párrafo. Una pregunta que deriva a muchas otras: ¿qué hacían nenes tan chiquitos en la calle a la madrugada?, ¿dónde estaba la mamá de esos nenes en ese momento?, ¿por qué se llevaron osos de peluches?, ¿por qué decidieron romper un vidrio e ingresar al comercio?

Preguntas, preguntas y más preguntas.

Una simple respuesta, la de Francisco Gallo: “No estaban buscando celulares para revenderlos. Se llevaron algo que deseaban. Un Mickey, un Spiderman... Si el Estado y el Gobierno no hacen algo por los chicos, es la sociedad la que tiene el deber de hacerlo. Yo sólo pongo un grano de arena”, indicó el comerciante, y contó que en vez de pagar con la misma moneda, decidió regalarles lo robado a cada nene después de recibir unas sinceras y espontáneas disculpas.

Basta de criminalizar, basta de la bronca, hay que empezar a humanizarse para que la sociedad cambie, para que nenes de 10 años duerman en sus hogares a la hora debida, jueguen a la tarde, vayan al colegio y no pierdan la tan preciada infancia que en el futuro hará grandes personas.

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