Pleno verano. Un grado más, una página más. Hoy es el día. Hoy es el día para refrescar las ideas, para tener ganas y animarse a jugar entre los renglones imaginarios.
Y aquí estoy: escribiendo. Porque escribir es soñar con algo distinto, no es sólo contar. Hoy escribo para que mis palabras no queden ocultas tras un archivo de word, para hacerme cargo de cada elección, de cada pensamiento. Y sobre todo, hoy escribo para serle fiel a quién me enseñó a querer el mágico oficio de escribir. Un oficio para algunos, una pasión para mí.
En fin, hoy mis ganas se materializaron, hoy voy a construir algo.

domingo, 3 de marzo de 2019

La muerte nos humaniza



Resulta que durante el proceso de vida cosechamos alegrías, tristezas, consejos, críticas y muchas otras cosas. La vida dicen que es eso, el transcurso de cosas durante un determinado tiempo que para algunos es mucho y para otros muy poco. Sin embargo, nunca tuve la intención de pensar qué era la vida, quizás porque es algo que pasa sin siquiera pensarlo, pasa por inercia como también pasa la muerte. Aunque en ella si me detuve a pensar muy seriamente, fue un tema que si generó estudios de mi parte.

¿cuál es la diferencia entre la vida y la muerte?
La muerte es un hecho que ha preocupado al ser humano desde principios de la humanidad y eso pasa hasta la actualidad. El concepto de la muerte es percibido con miedo y angustia y quizás esos sentimientos también provocan tantos otros como la lastima. Cuando se sufre la pérdida de un ser querido, generalmente, nuestras defensas bajan y la tristeza hace empatizar con otros. Ahí es cuando aparece el concepto de “humanizar al muerto”.

No importa cómo se haya comportado el fallecido, importa cómo nos compartamos nosotros con esa muerte. Generalmente, se trata de no mostrar odio hacia esa persona pero si empatizar con la familia de la misma para no quedar como un resentido, quizás. No se sabe el motivo por el cual se decide no criticar, pero simplemente se hace. Hablar bien del reciente muerto.

Y es lavado de cara al/la difunto/a ayuda a uno, ayuda a la familia, ayuda a todos. Este tema me hace recordar a la película “Mi Obra maestra” (atención spoilers) ya que la ficticia muerte de uno de los protagonistas ayudó a conseguir lo que no había sucedido durante su vida. Cómo pasó con varios “genios” del arte que llegaron al éxito después de su muerte. Y ahí vemos como la muerte una vez más humaniza al fallecido, se logra un reconocimiento cuando la tan temida muerte llega, quizás tenga mala fama.

Una mala fama que podría cambiar para tratar de disminuir ese temor.

De la ficción a la realidad
Este fin de semana murió el padre del presidente argentino, Mauricio Macri. Y justamente Franco es un caso de amor/odio, es un caso de cómo se humaniza a una persona en su lecho de muerte.
Franco Macri era un empresario muy importante en Argentina, sus detractores vinculaban su éxito empresarial a sus negociados con la última dictadura militar, mientras que muchos otros lo despegaban de eso.

El tema aquí es que luego de la noticia muchos salieron a brindarle condolencias al presidente. Muchos de ellos son amigos de Mauricio, pero varios no lo son. Y justamente,  llamó la atención los saludos por parte de gente muy contraria a su gobierno. El caso más sobresaliente fue el de la ex presidenta Cristina Kirchner, quien decidió no pasarle el mando el día de la asunción, pero sí quiso enviarle sus condolencias a través de Twitter.

No se si Cristina humanizó al mismísimo Franco Macri pero si humanizó su figura al demostrar que puede dejar de lado esa famosa grieta para mostrarse conmovida con la muerte de un padre, sea quien sea el hijo, sea cuál sea su relación.


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