Ayer por la noche Buenos Aires pudo vivir dos eventos
importantes, por un lado el Gobierno de la Ciudad organizó la 9° edición de la
visita nocturna a diferentes museos, y por el otro el Gobierno Nacional dio por
finalizada, oficialmente, la edición 2012 de la megamuestra de ciencia, arte y
tecnología.
Del otro lado de General Paz, más de siete mil personas
vieron un espectáculo de acrobacia,
música y fuegos artificiales que cerró Tecnopolis, después de ser visitada por
más de tres millones y medio de personas en sus ochenta y nueve días.
Mientras que en Capital se debatía La Noche de los Museos,
desde las 20 horas hasta las 3 de la mañana, con 183 salas abiertas para ser
visitadas de manera gratuita.
Por mi parte, no pude vivir el cierre de la muestra
Tecnópolis, pero sí ele evento que organizó el Ministerio de Cultura del
Gobierno de la Ciudad. La elección no tuvo que ver con un gusto político sino
con un gusto cultural. Pero basta de hablar de mis elecciones para el sábado
por la noche y empecemos a recorrer los Museos de Capital Federal.
Al entrar a cada espacio de arte los visitantes se
encontraban con personal del gobierno porteño que repartían la programación,
además incluía la lista de los museos participantes divididos por zona y con su
mapa correspondiente. También las mismas personas le daban a cada uno un pase
para viajar gratis en las 85 líneas de colectivo dispuestas para tal evento. Y
cada medio de información, ya sea folletos o personal, estaban distinguidos con
el color amarillo representante del PRO y el color azul que correspondía a la
campaña de La Noche de los Museos.
Como dije anteriormente, decidí participar del evento
organizado por el Gobierno de la Ciudad y más aún opté por la zona de Palermo,
por el corredor del norte sobre Libertador.
Entre los espacios del barrio de Palermo se puede encontrar
el Museo de Evita, exactamente en Lafinur 2988. Allí los visitantes tenían la
opción de recorrer el espacio sólos, por su cuenta o también optar por hacerlo
con un guía que además de acompañar cuenta la historia de Evita, desde sus
comienzos, como también los secretos del lugar. Entre las visitas había adultos
como también adolescentes que miraban muy atentos cada rincón del lugar.
El Museo de Evita está emplazado en un petit hotel
construido en la década del siglo XX.
Tal casona fue adquirida por la Fundación de Ayuda Social Eva Perón para
albergar el Hogar de Tránsito N°2 y en el 2002 se convirtió en tal museo. Los
espacios están decorados con fotografías de Eva Duarte, de su familia y de todo
su recorrido por la política. Además, se pueden ver plasmas y proyectores que
muestran videos de su accionar, tanto en el momento que fue actriz como en el
momento del quiebre hacia la política (1944). El camino por la casona está
acompañado de música funcional y de todos los objetos de Evita, ya sean
vestidos, carteras y máquinas de cocer que se encuentran custodiados por
vidrios transparentes.
Otro de los museos que se podían visitar en la zona de
Palermo es el Mallba, fundación Constantini. Entre sus pisos relucientes y sus
escaleras mecánicas se puede observar las exposiciones del arte latinoamericano
del siglo XX, esculturas, una muestra del arte brasilero teñido de color y
exhibiciones donde el público podía formar parte ya sea tocándolos para ver su
transformación o sacando fotos. A pesar de las cuadras de cola que se
desprendían de la puerta del Malba la gente, tanto grupo de adolescentes, como
familias y adultos e general, aguardaban demostrando interés por conocer el
lugar o por volverlo a visitar.
El Museo Nacional de Arte Decorativo es otro de los espacios
a visitar, es otro de los lugares donde la fila de gente se hacía esperar para
ingresar. A diferencia de los demás museos, en este no podían tomarse
fotografías lo cual era vigilado celosamente por muchos custodios que se
encontraban en cada habitación de la casona. Allí podían verse pinturas, pero
lo más fascinante era ver cómo vivían las familias más pudientes, sus objetos
lujosos y sus espacios fríos y gigantes. El palacio pertenecía a la familia
formada por Josefina de Alvear y su esposo Matías Errázuriz Ortúzar.
En los tres Museos había un espacio donde se vendían obras
de arte pequeñas, objetos de diseño y merchandaising del lugar. En el caso del
Museo de Evita los visitantes podían comprar tazas, vasos, muñecas, imanes y
diferentes objetos con la cara de Eva Duarte y también de Perón. Además este
último y el museo de Arte Decorativo ofrecían un restaurante para disfrutar de
una cena al lado del mismo espacio de arte e historia.
En fin, a pesar de que se tuvo que elegir entre un evento u
otro, en vez de poder disfrutar los dos, las calles de Buenos Aires se llenaron
de gente, de autos, bicicletas, y luces por doquier. Los lugares de comida
pertenecieron abiertos toda la noche para aprovechar esta movida cultural y los
ciudadanos vivieron una noche diferente teñida de historia, música. Teñida de
arte.
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